Si, realmente el frío me hace feliz y es tiempo de disfrutarlo y sentirlo, con aquellos a los que quieres o en la soledad de una tarde lluviosa, ante la ventana y con un café calentito entre las manos, viendo caer la lluvia e intentando contar todas las gotas que caen.
Porque cada gota de agua puede tener su historia propia, infinitas gotas forman infinitas historias, una historia interminable. Pero, parafraseando al gran Ende, esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Bienvenidos a mi mundo.

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