Navidad


Llegó la Navidad. Se supone que son fechas especiales, que se celebran cosas, que todo es paz, armonía y buena voluntad. Todo mentira, pero la intención es lo que cuenta. Antes significaba algo para mí: no ibas al colegio, te hacían regalos, comías mucho y bien, todo estaba lleno de lucecitas de colores, un enorme árbol de navidad en el centro del comedor, la cabalgata de Reyes, levantarse por la noche para ver sí veias a Papa Noel dejando los regalos en el balcón con la esperanza de que se hubiera bebido el vaso de leche que le dejaste y con el deseo de que te llevara a dar una vuelta en su trineo.
Ahora todo ha cambiado: las luces de colores no son mas que feos adornos navideños que no retiraran de las calles hasta pasados unos meses, Papa Noel no existe (la vida es dura mis queridos niños) y los Reyes Magos se han perdido por las dunas del desierto, largas y aburridas comidas familiares donde ves a personas con las que no has hablado en un año, todos sonrientes y preguntándote como estás (como si les importara) y en el fondo pensando "que gordo se ha puesto" o "es tan imbécil como el año pasado" o "cuando llegaran las 3 de la tarde y podré irme a mi casa".
Las calles están llenas de zombies consumistas buscando el regalo del último día. Me cambian la programación de la televisión por estúpidas películas navideñas y vomitivos villancicos a todas horas. La gente ríe, canta, se divierte sin pensar que a algunos les molesta. Las personas están tristes porque echan de menos a sus seres queridos, yo los echo de menos siempre, no soy tan hipócrita.
Cada año que pasa me parezco mas al viejo Ebenezer Scrooge, pero dudo que vengan tres fantasmas a verme esta noche, ya que somos demasiados Scrooges ya en el mundo para tan pocos espectros. Pero me gusta ser Scrooge, me gusta ver las cosas tal como vienen y decir lo que pienso, y lo siento por el pequeño niño cojo, pero mi puerta está cerrada en Navidad. Soy generoso cuando hay que serlo, no cuando me lo dicen.
Yo no he perdido mi capacidad de soñar ni mi inocencia, mis sueños o mis esperanzas, pero si la fe en la Navidad, porque ya sé que es una farsa.
A pesar de todo, Feliz Navidad a todos.

1 respuestas:

Anónimo dijo...

cuanta razón tienes dani, en especial en el ultimo párrafo

es cierto, la navidad es una farsa, y si bien a veces es bonito ver el esfuerzo q le pone todo el mundo, media hora antes de sentarse a comer se siente un vacío en el estómago, una molestia en el alma y un odio sin precedentes a esa insulsa fecha...

o al menos eso me pasa a mi con las cenas familiares xD

saludos, dani!